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Foto del escritorClaudia Solares

No soy lo suficientemente buena

Aunque las circunstancias sean diferentes, el dolor del rechazo es el mismo, y me sigue haciendo creer que no soy lo suficientemente buena.


No soy lo suficientemente buena

Tenía cinco años cuando recibí personalmente mi primera invitación a una fiesta de cumpleaños. Estaba muy emocionada por la posibilidad de tener nuevas amigas en este nuevo colegio al que mi mamá me acababa de transferir.


No recuerdo si hice o dije algo, pero lo que sí recuerdo es que ese mismo día, más tarde, la misma niña que me había invitado a su cumpleaños me pidió que le devolviera la invitación porque ya no quería que asistiera.


Esa fue una de las primeras veces que experimenté el rechazo. Y no fue la última. De hecho, fue algo que continuó apareciendo en diferentes circunstancias a lo largo de mi vida. Y aún a este día, no puedo decir que soy inmune al dolor que siento cada vez que lo experimento.


Todos esos momentos no sólo han creado heridas en mi corazón y han traído confusión y frustración. Pero también me han llevado a creer mentiras sobre mí misma, una de las más grandes es: no soy lo suficientemente buena.


¿Alguna vez te has sentido así? ¿Como si no fueras lo suficientemente buena para el hombre que te rompió el corazón y con quien pensaste que te casarías?


¿O no eres lo suficientemente buena para conseguir el trabajo con el que has estado soñando? ¿O no eres lo suficientemente buena para ese papá o amigo que se fue de tu vida?


¿O tal vez incluso sientes que no eres lo suficientemente buena para ser amada por Dios?


Cualquiera que sea tu narrativa. Estoy aquí contigo y quiero que juntas podamos dejar de creer las mentiras que el enemigo ha tratado de instalar en nuestro corazón y a encontrar sanidad en Jesús.


Donde empezó el sentimiento de rechazo


Creo que la afirmación de “no soy lo suficientemente buena” comenzó desde el principio. Cuando la serpiente le preguntó a Eva sobre el árbol del que Dios les había dicho que no comieran. Tal vez ella lo interpretó como: "No eres lo suficientemente buena para tener acceso a ese árbol."


A partir de ese momento, el pecado entró en el mundo y, con él, muchas más oportunidades para que la humanidad sintiera que no era lo suficientemente buena.


  • Moisés se sintió incapaz de hacer lo que Dios le estaba llamando a hacer. Incluso dijo: “Señor, por favor envía a alguien más”. (Éxodo 4:10-13)


  • Gedeón era un soldado y comandante del ejército de Israel contra los madianitas y dudaba de sus capacidades debido a su origen y su “bajo estatus social”. (Jueces 6:14-15)


  • La mujer samaritana había estado casada varias veces y se vio obligada a sacar agua del pozo de la ciudad durante la parte más calurosa del día porque otras mujeres no querían asociarse con ella. Me pregunto con qué frecuencia ella habrá pensado: "No soy lo suficientemente buena." (Juan 4)


  • Jeremías pensaba que era demasiado joven para ser profeta y temía que otros no lo tomaran en serio. (Jeremías 1)


La lista sigue y sigue. Pero todas esas historias tienen una cosa en común, tuvieron un encuentro con Dios porque fueron honestos con Él.


El poder de ser Transparente con Dios


No puedes sanar o cambiar algo que no reconoces. No puedes esperar que la herida que crea el rechazo desaparezca mágicamente por sí sola y no afecte la forma en que te ves a ti misma y a los demás.


Descubrí que no hay nada más liberador y reconfortante que ser transparente con Jesús acerca de cómo me siento. Me hace sentir segura, comprendida y afirmada.


  • Me siento segura de ser vulnerable y real acerca de mis emociones.

  • Me siento comprendida por alguien que también enfrentó el rechazo en esta tierra.

  • Me siento afirmada por un Dios que me ama, que me elige y que cree en mí todos los días.


Y él quiere hacerte sentir lo mismo. Pero necesitas estar dispuesta a abrir la puerta y ser transparente con Él.


Te puedo asegurar que nadie puede entender como Él el dolor que te ha causado el rechazo. Nadie puede recordarte tu valor tanto como Él. Y no puedes encontrar la aprobación y el amor que tu alma tan desesperadamente anhela en ningún otro lugar que no sea en Sus brazos.


Cuando el rechazo me golpea, no le afecta a la mujer adulta que sabe cuánto la ama Dios. Le pega a esa pequeña niña de cinco años, que sólo quería ser aceptada y tener amigos que la invitaran a sus fiestas. Y necesito llevársela a Él y pedirle que la abrace una vez más.


¿Permitirías que te abrace hoy y te recuerde lo maravillosa que eres?


“Porque tú creaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy hecho de manera formidable y maravillosa; Tus obras son maravillosas, lo sé muy bien”. - Salmos 139:13-14

Querida amiga, eres suficiente.


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